Quila Quina se encuentra a 18 km de la ciudad de San Martín de los Andes, yendo por la ruta 40 (ex 234) hacia el camino de 7 lagos. De ruta tenemos un recorrido de unos 6 km hasta el acceso a la Villa, el ingreso se encuentra por la derecha, es un camino de ripio de unos 11 km. Se recomienda ir atentos al camino, ya que los paisajes distraen al conductor y los tramos en bajada son intensos, con curvas sinuosas.
Este toque de aventura en el camino agrega emoción al viaje, recordándonos que estamos ingresando a un lugar único en medio de la naturaleza.
Otra recomendación es utilizar como ayuda la caja de cambios en las bajadas, ya que los frenos sufren altas temperaturas en todo el trayecto en bajada.
Ni bien realizamos el recorrido hacia la bajada tenemos el ingreso a la Villa, donde vamos a tener que pagar una entrada por cada ocupante del vehículo. En enero del 2024, el ingreso por adulto residente es de 1500 pesos y menores de 16 años solo pagan 1000. Este costo contribuye a la preservación del área y garantiza que todos los visitantes disfruten de instalaciones bien mantenidas.
Aunque el acceso a Quila Quina es posible por tierra, muchos optan por la experiencia única de llegar en catamarán, mientras se disfruta del paisaje. El precio del catamarán, que incluye el ingreso al balneario, es de 34.000 pesos por persona. También se puede contratar el servicio de traslado por tierra y tiene un costo de 20.000 pesos, el mismo comienza a las 10 am y sale cada hora.
Una vez en el balneario, los visitantes se encuentran con una sorprendente variedad de playas. Desde las suaves arenas del muelle hasta las áreas más rocosas, Quila Quina brinda opciones para todos los gustos. Ya sea para relajarse bajo el sol, explorar la costa o sumergirse en las aguas frescas, hay un rincón para cada visitante. El parador se encuentra en la salida del muelle, está muy bien ambientado y tiene servicio de tragos y una gran variedad de comidas regionales.
Los senderos que atraviesan el territorio ofrecen una experiencia atractiva para los amantes de la naturaleza. Importante destacar que estos senderos son accesibles para todos, independientemente del nivel de experiencia en senderismo. Bien señalizados y con diversas opciones de dificultad, permiten explorar la flora y fauna autóctonas sin dificultad.
Ni bien llegamos al sitio del estacionamiento, nos encontramos con una playa de arena y piedras que se encuentra en la zona del muelle. Esta playa es bastante chica y muy concurrida, es elegida por tener el restaurante muy cerca y los servicios de alquiler de kayaks y tablas.
Lo recomendable es ni bien llegamos al primer estacionamiento de Quila Quina, girar hacia la izquierda y continuar unos 500 metros. Ahí nos encontramos con otra playa, mucha más amplia que la del ingreso y también con un parador para comer algo y servicio de sanitarios. Lo ideal es recorrer otros 400 metros y llegar a la playa La Puntilla, esta es mucho más grande que la anterior, también tiene estacionamiento.
En la Playa la Puntilla en los días ventosos hay mucha actividad de kite surf, es bastante entretenido ver el ir y venir de estos amantes del deporte acuático. También tenemos la posibilidad de hacer caminatas y cruzar el arroyo Grande, bastante frío, pero fácil de cruzar. Se llega a una playa bastante rocosa, pero muy atractiva y da placer la diferencia de temperatura después de cruzar el arroyo.
Quila Quina se enorgullece de su compromiso con la preservación ambiental. Los visitantes son alentados a ser conscientes de su entorno y respetar la flora y fauna local. Este enfoque sostenible garantiza que las generaciones futuras también puedan disfrutar de esta maravilla natural.
En resumen, el Balneario Quila Quina en San Martín de los Andes se presenta como un destino turístico accesible para todos, donde la belleza natural se combina con la comodidad y la diversidad de actividades. Ya sea llegando por tierra o por agua, disfrutando de las playas de arena o piedra, o explorando los senderos que serpentean por el paisaje, este balneario ofrece una experiencia única y memorable para aquellos que buscan una escapada auténtica en la mágica Patagonia argentina.
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